Cuando tienes un día estresante, el cerebro informa a las células que liberen hormonas potentes. Entonces te golpea una explosión de adrenalina y cortisol que indica al cuerpo que restaure su energía, incluso, si no se ha usado. Cuando esto sucede, tienes mucha hambre sin razón alguna y se mantiene así hasta que consigues relajarte. Ahí es cuando aparece el deseo por la comida basura, alta en grasa o azúcares.
Y eso no es todo. La producción de testosterona, el músculo produciendo hormonas, se reduce, y así se quema, incluso, menos calorías y se pierde masa muscular.
Ahora vamos a por la parte importante: ¿cómo se puede prevenir?
Es fácil decir, “deja de estresarte tanto”, pero sabemos que no es fácil realmente parar con el estrés. Así que si te sientes estresado, aquí te indicamos unos consejos para controlar el aumento de peso que normalmente viene unido al estrés.
- Te recomendamos que comas despacio. Saborea cada mordisco y tómate tu tiempo para disfrutar de la comida. Te sentirás más lleno y también reducirá los niveles de cortisol.
- Si te basas en una alimentación saludable durante todo el año, apreciarás la buena comida y la disfrutarás. E incluso si tienes estrés o te sientes con la moral baja, seguirás tomando la decisión correcta, porque no has sido restrictivo contigo mismo el resto del tiempo.
- cuando combinas estrés con cafeína, los niveles de cortisol aumentan incluso mucho más que solo con estrés.
La carencia de sueño es una de las mayores causas de estrés. Se dice que dormir menos de 7 horas durante la noche, podría desembocar en un aumento de apetito y de peso. Si tienes problemas con el sueño, te recomendamos hacer algo de ejercicio o deporte al día. Así, cuando vayas a la cama, el cuerpo estará cansado y la mente deseará dormir sin tener que luchar.
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